Historias de colectivo I

El frío de la mañana le pegaba en la cara mientras corría desesperado hacia la parada. La humedad se le metía en los huesos, bajo el saco, la bufanda y los guantes de lana. El café caliente era como un bálsamo tanto para el sueño como para el frío. Se subió al colectivo, medio dormido, medio helado, repasando mentalmente el contenido del maletín y añorando el cigarrillo que había prometido no volver a tocar hacía dos meses y medio.

Ella esperaba, paciente, sentada en el incómodo asiento como si no tuviera un solo apuro en la vida. Le gustaba esa hora de la mañana, donde podía adivinar las preocupaciones ajenas y los estados de ánimo solamente con mirar las caras de sus compañeros de viaje. Llevaba en la falda un libro que no leía, pero cuyo peso amigo encontraba reconfortante. El frío le gustaba, pero más le habría gustado el calor de un cuerpo que la abrigase a la noche, como para variar un poco. Se acomodó los anteojos que se le resbalaban por el puente de la nariz, roja por el azote del viento, y ahí fue cuando lo vio.

Por fin había logrado calentarse un poco– por lo menos los pies ya no le dolían del frío. Miraba por la ventanilla porque las mañanas no eran lo suyo y no quería arriesgarse a que alguien le hablara. Hasta que vaya a saber qué cosa lo hizo mirar para adelante justo cuando el colectivo doblaba hacia la izquierda. Los anteojos le quedaban claramente grandes y la humedad no hacía mucho por su pelo, pero había algo en la nariz colorada y la forma en que sus manos aferraban el libro que lo hizo sonreír. Ella, tímida, le devolvió la sonrisa.

Y en ese momento en que sus miradas se cruzaron, se amaron como no habían amado nunca. Hasta que la vida se metió en el medio y él tuvo que bajarse en la otra esquina para no llegar tarde al trabajo. No puso ninguna excusa, pero le pidió perdón con los ojos mientras la dejaba. Ella lo miró por última vez, suspirando resignadamente y siguiéndolo con la mirada mientras se perdía entre la gente, acostumbrada ya a que el amor se le fuera de improviso.

4 comentarios el “Historias de colectivo I

  1. andrescoco8 dice:

    ¡Muy Bueno! Igual me impacta verte escribiendo cosas románticas. Jajaja. Mandá tu CV a un diario o una revista. :)

  2. vale dice:

    me encantó stefy!!! siempre me enamoro en los colectivos!! pero desp nunca más los volves a ver!! jjajaja no te tenía así che..pero me gusta!! (y) sos grosa nena, sabelo!

  3. Anónimo dice:

    excelente stefy!! muy romantico :)

  4. Anónimo dice:

    Wow Stefi! Muy bueno!!

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